Δεν ελπίζω τίποτα.
Δε φοβάμαι τίποτα.
Είμαι λεύτερος
Epitafio de Nikos Kazantzakis (1883 – 1957) en Heraklion, Creta.
¿Y por qué no conocer bien a las amigas y los amigos y, con ellos, disfrutar el mundo mientras el enemigo se desgañita dando golpes contra el muro de la indiferencia?
Un buen consejo del Profesor Portillo
Wir müssen wissen, wir werden wisen! In der Mathemathik gibt es kein ignorabimus (¡Debemos saber y sabremos! En Matemática no puede haber ignorabimus).
(Del lat. nescĭus).
borrador para la JoseRaPedia
Parte de la eternidad que divide los dominios de la decepción de los del reino de la esperanza.
Ambrose Bierce (El Diccionario del Diablo)
«La reducción al absurdo, que tanto le gustaba a Euclides, es una de las más poderosas armas de un matemático. Va más allá que cualquier gambito en el ajedrez: un jugador de ajedrez puede ofrecer en sacrificio un peón o incluso una pieza mayor, pero un matemático ofrece el juego»
Godfrey Harold Hardy (1877-1947), matemático británico, «A Mathematician’s Apology»
Visto en la Singularidad Desnuda
«Las computadoras del futuro podrían llegar a pesar poco más de 1 tonelada y media.»
– Popular Mechanics, previendo la implacable marcha de la ciencia, 1949.
«Creo que existe un mercado mundial para tal vez… cinco computadoras.»
– Thomas Watson, presidente de IBM, 1943.
—¿Qué sabes de la serie de Fibonacci?
—Que cada capítulo es mejor que los 2 anteriores.
vía Clara Grima
Por fin hay luz y ya se ve, mas no fue por mor de Dios: es por un gran bang que lo que no fue, ya es.
La luz que es el Sol es de gas, y del gas de su piel se da el ser. Tras el ser, el gen, un pez, tú, yo y él.
Con la voz un ser se ve a él y ve que el que no es él, es vil. Es el bien y el mal. De tal quid se dan el clan y la ley, mas no hay rey que dé la paz.
Y ya es hoy. El tren, el chip, la red, y ya sé por qué hay luz y por qué se ve.
Bender, en la lista Snark.
Mi patria son las calles Brasil y Muñoz Arenillas, concluyó el melenudo mientras apuraba el porro.
El 17 de julio de 1834 fue en Madrid un día de luto y de desolación. Más de ciento cincuenta personas habían fallecido del cólera en la noche anterior. Una de las víctimas fue el infortunado Esteban Fernández, que tenía que ganarse la vida (con un aparato giratorio de los llamados caballitos) en lo que hoy se llama paseo de las Delicias, sito detrás del Hospital General.
Un tailandés preguntó en el grupo de USENET soc.culture.spain (en 1994): ¿Cómo es Sevilla? Intenté responderle y me salió una respuesta bastante inútil. La encontré de nuevo entre los ficheros del disco duro hoy. Y me sorprendió (¿o no? ¿acaso Sevilla no es eterna?) ver que sigue siendo igual de inútil, igual de válida. La escribí a vuelapluma, pensando en algún día hacerle correcciones, pero nunca tengo tiempo o ganas. Aquí os la dejo, tal cual.
Asumid que tiene varias décadas y hay cosas que han cambiado y otras, desgraciadamente, no.