Cuento ultracorto sobre religión, monarquía, sexo y misterio
¡Santo Dios!.., exclamó la princesa alarmada: ¡Estoy embarazada y no sé de quién!…
¡Santo Dios!.., exclamó la princesa alarmada: ¡Estoy embarazada y no sé de quién!…
Cuando los blancos vinieron a África, teníamos la tierra y ellos tenían la Biblia.
Nos enseñaron a rezar con los ojos cerrados y cuando los abrimos, los blancos tenían la tierra y nosotros, la Biblia.
A haiku has three lines,
seventeen syllables,
and one idea.
Haiku: tres versos,
diecisiete sílabas,
una idea.
Te has ido sin avisar, aunque ya sabíamos que te ibas. Pero siempre nos quedaba la esperanza de que esa batalla que tanto luchaste la pudieras ganar al final. Te has ido y se nos ha quedado la cara de tonto que se nos queda siempre a la hora de despedir a alguien que no queremos despedir. Te has ido y tus amigos (nuestros amigos) no me han avisado, quizás acogotados por la tristeza o ahogados por el llanto o simplemente con el despiste que siempre nos caracterizó a ti y a mí.
Hemos estado años sin vernos y ahora te echo de menos más que antes.
Mi puerta sigue sonando de madrugada y estás en el fondo de cada caña de manzanilla. Te has ido y no tengo palabras. Ni siquiera tengo lágrimas.
Porque ese cielo azul
que todos vemos
Ni es cielo ni es azul…
¡Lástima grande
Que no sea verdad tanta belleza!
Lupercio Leonardo de Argensola (Barbastro, 1559 – Nápoles, 1613)
Se publicó en el número 8 de Tiempo de Tango, boletín de La Secta del Cuchillo y del Coraje, de Cali, Colombia. Javier Merchante, maestro y actor, hizo una fantástica versión hablada en su blog La Taberna del Callao.
el trabajo, la familia, el televisor grande que te cagas, la lavadora, el coche, el equipo de compact disc y el abrelatas eléctrico, buena salud, colesterol bajo, seguro dental, hipoteca, piso piloto, ropa deportiva, traje de marca, bricolaje, teleconcursos, comida basura, niños, paseos por el parque, jornada de 9 a 5, jugar bien al golf, lavar el coche, jerséis elegantes, navidades en familia, planes de pensiones, desgravación fiscal… ir tirando mirando hacia adelante hasta el día en que la palmes.
Renton en Trainspotting
Volvemos al pasado después de nuestras incursiones en la computación ubicua (I y II). Nos situamos en la Inglaterra del siglo XIX. El Imperio Británico, al igual que las otras grandes potencias marítimas de la época, era un gran consumidor de tablas numéricas para la navegación, pero los errores tipográficos y los inevitables de los calculadores humanos provocaban incluso naufragios.
Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.
Y encontraban los días,
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.
Llámanse así a los errores de escritura del escritor, en contraposición a los del tipógrafo (que reciben el nombre de mochuelos) y los verbales (conocidos como lapsus linguæ).
Percibimos la redundancia como casualidad solo porque la mente ha captado dos o mas veces el mismo objeto de forma consciente en el momento en que nuestra atención estaba en disposición de hacerlo.
Cita extraída de Con Anuncio, la segunda parte de la trilogía altamente recomendable de Rosa Ribas.
Esta entrega es un poco más tardía que las dos anteriores. De hecho, la tercera está desactualizada y no tiene mayor interés, pero aquí tenéis el enlace a la original. Si os traigo esta serie aquí. es para que comprobéis mis dotes de profeta tecnológico: el original es de 2004.
Segunda parte de los artículos publicados en CiberSur en 1999. La primera puedes verla aquí mismo, con fecha de ayer.
Originalmente publicado por este vuestro servidor en Cibersur nº 7 (1999), aunque está basado en unos cursos sobre Computación Ubicua que di del 89 al 93.