Lecciones de budismo instantáneo

En el siglo V adC ya nos avisaban que una de las causas del dolor es la separación del objeto amado. Y no se ofendan por lo de objeto, que traducir del sánscrito no es fácil.

Para pelearse con el dolor hay varias posibilidades. Algunos orientales, creyéndose estúpidos y sabiéndose sabios, o viceversa, dejan de amar para evitarlo y se convierten en samurais o en pokémones. Algunos occidentales, sabiéndose estúpidos y creyéndose sabios (o viceversa) incrementan el amor hasta que el dolor llega a límites insoportables, se convierten en romeos y julietas, y acaban suicidándose en una iglesia como ejemplo para futuras generaciones de amantes. O escriben tangos. O peor aún, boleros.

Yo, que me sé estúpido, me paso el día mirando la bandeja del correo y los mensajes del móvil, esperando esa palabra que no va a llegar. Cómo también me creo sabio, intento conformarme con lo que me queda de ti: el amanecer que no tuvimos y la salada infinitud del horizonte en tu mirada.


Cuento del mes de Julio de 2023


Océano Pacífico

Kamakura, 18-6-2007

Desde el punto de vista de un gaditano, el Océano Pacífico es el fin del mundo. De allí parecen regresar estos señores enchaquetados, maletín en ristre, el paso acompasado.

Quizás son de un pequeño pueblo costero y llevan años trabajando en la megalópolis y querían volver a los orígenes. O a lo mejor sólo querían, como yo, sentir la brisa marina. O no tenían nada que hacer hasta la hora de la cena más que llenarse los zapatos de arena.

Es la foto que más me gusta de ese día. Es la imagen de una historia de la que nunca conoceremos el final, como en las novelas japonesas. Me da sentimiento de lejanía y de proximidad a la vez. Todos los mares son el mismo mar. Sólo hay un mundo. Me encanta estar aquí y me va a encantar volver con mis amigos y con la gente a la que quiero.


Breve y monosilábica historia del universo

Por fin hay luz y ya se ve, mas no fue por mor de Dios: es por un gran bang que lo que no fue, ya es.
La luz que es el Sol es de gas, y del gas de su piel se da el ser. Tras el ser, el gen, un pez, tú, yo y él.
Con la voz un ser se ve a él y ve que el que no es él, es vil. Es el bien y el mal. De tal quid se dan el clan y la ley, mas no hay rey que dé la paz.
Y ya es hoy. El tren, el chip, la red, y ya sé por qué hay luz y por qué se ve.

Bender, en la lista Snark.


¿Qué otra cosa podía hacer?

Ella era una estrella del rock and roll y yo,… bueno, yo era solamente su camello. ¿Qué otra cosa podía hacer? Toda la vida adorándola a distancia, entre risas, colocones y deudas. Por eso, cuando la discográfica decidió que sería beneficioso para su imagen que hiciera una cura de rehabilitación después del escándalo del Teatro Maestranza… ¿qué otra cosa podía hacer? La alejarían de mí, de mi mundo. Nunca más volvería a necesitarme. Nunca más volvería a sonreírme.

Organicé una fiesta de despedida, en la que no faltó de nada. Absolutamente de nada. De hecho, el speed llevaba algunas cosas más de la cuenta. Dime: ¿qué otra cosa podía hacer?


Olvido

Solo una cosa no hay
y es el olvido
(J. L. Borges)

Despertó sin saber dónde estaba. Antes de abrir los ojos ya notó que no reposaba en su cama. Entreabrió los párpados y casi vio un techo rotundamente blanco. Sin sobresaltarse (viajaba mucho y no era una sensación extraña) intentó recordar. No pudo. Pensó en su nombre: Jaime. Saberlo lo tranquilizó. ¿Qué había hecho la noche anterior? Ni idea. Cumpleaños, lugar de nacimiento: sin problemas. Una humilde ciudad costera, hacía 29 años, 6 meses y 19 días. Se movió despacito e intentó incorporarse.

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Duendes

Después de discutir diferentes dificultades durante dos días, doce duendes de Dinamarca deshonradamente decidieron dividirse dos docenas de delicados diamantes de David Domínguez Duran, desfalcándolo duramente. David, después de descubrirlo, decepcionado dijo: «¡Devuelvanmelos! deberían demostrar decencia». Después de dos días decidió denunciarlos. Diez duendes desilusionados devolvieron diamantes, después dieron dinero donde debían. Después de diciembre, decepcionados de devolverlos descubrieron doscientas docenas de dólares. Desbordando de dicha, despilfarraron dinero durante doce días dignos de delicias doradas. Después dijeron: «donemos diezmo, definitivamente desahogaremos difíciles dilemas doctrinales

Tautograma en la extinta lista snark (2006). La autora es una jovencita de 12 años (entonces) llamada Fernanda Mendoza, de la escuela MAXEI, en la ciudad de Santiago de Querétaro, Qro. México.

Procurad pensar poco, pero profundamente (Francisco J. Briz).


La fortuna me la fabrico yo

Un día, la Niña de Gibraltar le dijo que tuviese cuidado con la fortuna que, a juzgar por su mano, no le ayudaría mucho. Corto Maltés se echó a reír.

– No te preocupes, madre –le dijo–, la fortuna me la fabrico yo.

Cogió una navaja de barbero y allí, sobre la palma de la mano, donde hubiera debido encontrarse la línea de la fortuna, trazó un surco profundo y sangriento.