Cuento ultracorto sobre religión, monarquía, sexo y misterio
¡Santo Dios!.., exclamó la princesa alarmada: ¡Estoy embarazada y no sé de quién!…
¡Santo Dios!.., exclamó la princesa alarmada: ¡Estoy embarazada y no sé de quién!…
Se publicó en el número 8 de Tiempo de Tango, boletín de La Secta del Cuchillo y del Coraje, de Cali, Colombia. Javier Merchante, maestro y actor, hizo una fantástica versión hablada en su blog La Taberna del Callao.
O sea, a ver si lo he entendido. Tú lo que quieres decir es que te encantaría mantener una relación permanente conmigo porque así podrías tener relaciones con más personas simultáneamente, pero que no vas a mantener una relación conmigo porque yo estoy manteniendo una relación simultáneamente con otra persona ¿no?
Lo más difícil de todo era comentar el lunes con tu marido el resultado de los partidos del domingo
Demuestra que el placer puede ser buscado por sí mismo. Algo que nos distingue de los animales. Como el clítoris, la literatura y el fuego.
No hay condón que proteja a un Nosferatu. Lástima que una raza tan antigua haya desaparecido sin hacer ruido.