Maldición cordobesa
Penas tengas sin llanto
Vista como pintada en la pared de una iglesia.
Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti
pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser
Ángel González
para quererte
tal como te quiero
del libro Palabra sobre Palabra, 1965 (Ángel González)
No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.
Una cita de Wilde vista en lo del Profe
La ofensa es como un buen haiku:
puede ignorarse, desconocerse,
perdonarse o borrarse,
pero nunca puede ser olvidada.
via Algernon
Cervezas, vinos y besos.
Cigarros, bares, encuentros,
las luces malas del centro
y esa extraña sensación
de que Madrid era nuestro.
Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas; de pronto, cambiaron todas las preguntas.
Palabras y sombras
en un deje de poeta viejo.
En un sueño
de distancias amanezco.
Una imagen entrevista:
breves senos.
Canas en mis sienes.
Otra hora, otro tiempo.
Adivinándote,
me pongo enfermo.
Y el océano me niega
el único remedio.
¡Cómo desaparecen
-aunque quisiera retenerlos-
de mi memoria
tu olor,
tu textura,
tu sabor!
Al final, acabé la noche con la gitana más bella que hayas visto jamás.
Algún día me darán una puñalada en el lado de la zurda.
Por tu culpa.
“…mirarte a los ojos, y tal vez recordarte,
que antes de rendirnos fuimos eternos.”
Ismael Serrano
¡Qué extraña máquina es el hombre!
Usted le mete pan, vino, pescado y rábanos,
y salen suspiros, risas y sueños
Nikos Kazantzakis
¿Amor compacto?
¡Jamás!
De tus caricias no quiero
extraer un recubrimiento finito.
Primer premio de #micromates en el Carnaval Matemático 5.7, edición Alan Turing (2014)
Cuento del mes de Abril de 2023
Por una mirada inquieta,
por un suspiro aleve,
por un aire de silencio
suave y breve,
por una sombra de tristeza
Yo sé que te fuiste
ayer,
de repente y triste
ví los ojos de mi hijo,
atardecer…