Maldiciones
Malditas sean las tabernas
-y las canciones-
Malditas para siempre
las palabras
-y las miradas-
Maldigo mis sueños,
mis miedos, mis alas
Maldito por siglos
sea el día que supe
que solo fui el vino
en el que derramabas
tus lágrimas
Malditas sean las tabernas
-y las canciones-
Malditas para siempre
las palabras
-y las miradas-
Maldigo mis sueños,
mis miedos, mis alas
Maldito por siglos
sea el día que supe
que solo fui el vino
en el que derramabas
tus lágrimas
discurso
con poesía
propiedad
con uso
socios
con amigos
beneficio
con placer
precio
con valor
dinero
con trabajo
celos
con amor
amor
con sexo
I Ahora sé que no debí quererte de esa manera, sé que mi vida entera por tu culpa la perdí. Pero era joven y guapo y prendido en tu belleza dí galope a mi tristeza e hice versos para ti. Dejé mi linda casita y a mi vieja, pobrecita, un buen disgusto le dí. Te llevé con mis amigos, hicimos un lindo nidito y empezamos a vivir. Yo pensaba que por guapo serías siempre para mí. Yo pensaba que por guapo serías siempre para mí.
Lo más difícil de todo era comentar el lunes con tu marido el resultado de los partidos del domingo
Demuestra que el placer puede ser buscado por sí mismo. Algo que nos distingue de los animales. Como el clítoris, la literatura y el fuego.
Viniste a mí por mis palabras
y sólo encontraste sexo,
pero nunca te oí quejarte.
Pocas entienden a Scherezade,
aunque todas gustan
de sus cuentos
Ni perdido ni atrapado
ni en tus redes ni en las suyas.
Ni de todas ni de una.
Simple, inexplicado.
Como si supiera lo que estoy haciendo,
como si acabara de inventarme
un nuevo día.
Como si no lo tuviera pensado.
Como siempre.
En la vigilia
memorizo lugares
para soñarlos
En sueños veo
los sitios visitados
para cambiarlos
Si un fantasma
te muestra un camino
nunca lo sigas
No hay condón que proteja a un Nosferatu. Lástima que una raza tan antigua haya desaparecido sin hacer ruido.
Administrar
tiempo,
el poco
que queda
Mirarte,
disfrutarte.
Si no puedo tocarte,
no te toco.
Bajo tus reglas. Es urgente.
No tenemos tiempo.
Sólo
el que nos queda
antes que llegue
el meteoro