Ella era una estrella del rock and roll y yo,… bueno, yo era solamente su camello. ¿Qué otra cosa podía hacer? Toda la vida adorándola a distancia, entre risas, colocones y deudas. Por eso, cuando la discográfica decidió que sería beneficioso para su imagen que hiciera una cura de rehabilitación después del escándalo del Teatro Maestranza… ¿qué otra cosa podía hacer? La alejarían de mí, de mi mundo. Nunca más volvería a necesitarme. Nunca más volvería a sonreírme.

Organicé una fiesta de despedida, en la que no faltó de nada. Absolutamente de nada. De hecho, el speed llevaba algunas cosas más de la cuenta. Dime: ¿qué otra cosa podía hacer?