Mentira
Porque ese cielo azul
que todos vemos
Ni es cielo ni es azul…
¡Lástima grande
Que no sea verdad tanta belleza!
Lupercio Leonardo de Argensola (Barbastro, 1559 – Nápoles, 1613)
Porque ese cielo azul
que todos vemos
Ni es cielo ni es azul…
¡Lástima grande
Que no sea verdad tanta belleza!
Lupercio Leonardo de Argensola (Barbastro, 1559 – Nápoles, 1613)
Los cerebros creativos son un recurso valioso y limitado. No deben desperdiciarse reinventando la rueda cuando hay tantos y tan fascinantes problemas nuevos esperando por allí.
Se publicó en el número 8 de Tiempo de Tango, boletín de La Secta del Cuchillo y del Coraje, de Cali, Colombia. Javier Merchante, maestro y actor, hizo una fantástica versión hablada en su blog La Taberna del Callao.
Esta página (la más visitada de la versión anterior de mi bitácora), copiada de un proyecto ya desaparecido, me recuerda a aquellos tiempos en que la internet no estaba tomada por las empresas ni por la mensajería instantánea. En los que éramos -y disculpen la estúpida pedantería- más libres y más inteligentes aquí en el ciberespacio. Debo estar haciéndome ciberviejo. Pero eso le pasa a uno cuando hace arqueología de la red.
Y pensar que esta reflexión la hacía en 2005…
el trabajo, la familia, el televisor grande que te cagas, la lavadora, el coche, el equipo de compact disc y el abrelatas eléctrico, buena salud, colesterol bajo, seguro dental, hipoteca, piso piloto, ropa deportiva, traje de marca, bricolaje, teleconcursos, comida basura, niños, paseos por el parque, jornada de 9 a 5, jugar bien al golf, lavar el coche, jerséis elegantes, navidades en familia, planes de pensiones, desgravación fiscal… ir tirando mirando hacia adelante hasta el día en que la palmes.
Renton en Trainspotting
Las palabras autológicas o autorreferentes son aquellas que se aplican a sí mismas, aquellas cuyo significado hace referencia también al propio término.
Por ejemplo: esdrújulo es un término autorreferente, ya que además de hacer referencia a las demás palabras con la sílaba tónica situada en antepenúltimo lugar, hace referencia a sí mismo.
Por contra, reciben el nombre de heterológicas o heterorreferentes aquellas que no poseen la propiedad que el término expresa. Por ejemplo: monosilábico es un término heterológico, ya que él mismo no es monosilábico.
¿Heterológico es un término autorreferente o heterorreferente?
Actualizado: Se conoce como la paradoja de Grelling-Nelson.
Volvemos al pasado después de nuestras incursiones en la computación ubicua (I y II). Nos situamos en la Inglaterra del siglo XIX. El Imperio Británico, al igual que las otras grandes potencias marítimas de la época, era un gran consumidor de tablas numéricas para la navegación, pero los errores tipográficos y los inevitables de los calculadores humanos provocaban incluso naufragios.
Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.
Y encontraban los días,
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.
De la extinta lista Snark, una aportación de Emilio Martín (Alicante):
Lucía Echevarría, la famosa escritora, tuvo un desliz en una entrevista y dijo que murciélago era la única palabra en castellano, que contenía las 5 vocales. El Señor José Fernando Blanco Sánchez, envió esta carta a un periódico, dando un repaso a la escritora:
Llámanse así a los errores de escritura del escritor, en contraposición a los del tipógrafo (que reciben el nombre de mochuelos) y los verbales (conocidos como lapsus linguæ).
Percibimos la redundancia como casualidad solo porque la mente ha captado dos o mas veces el mismo objeto de forma consciente en el momento en que nuestra atención estaba en disposición de hacerlo.
Cita extraída de Con Anuncio, la segunda parte de la trilogía altamente recomendable de Rosa Ribas.
Me manda Coque, que fue alumno mío de Matemática Discreta (Introducción a la Teoría de Grafos) en el curso del efecto 2000 comienzo del milenio, una recopilación de frases antológicas. Esas sentencias que uno dice en clase y pasan a la pequeña historia de la docencia… o del disparate. No puedo resistir la tentación… ahí van: